Poema del amor salvaje

Nosotros hacemos el amor mientras follamos.

Y entre el vaivén de las gotas de sudor que caen por nuestro cuerpo, siento, en silencio, seguridad y amor sincero.


Es en este momento, y solo durante estos instantes, cuando siento que yo soy tuya y tú eres mío.

Es solo en ese aquí y ahora, cuando tu piel y mi piel se tocan, cuando confío en que no hay otra.

Porque el resto del tiempo me invade un temor desquebrajante, de que el "aquí" no sea conmigo, y de que el "ahora" quede en el olvido.


Es en la soledad más íntima del roce de tus labios en mi pecho, con mis labios, nuestros besos... es ahí cuando creo que soy yo, y tú, mi cielo.


Arde el ambiente al tocarnos, escupe fuego. 

Fuego y humo, que se esfuma entre el polvo que ya echamos. 


Ínfima fragilidad la de ese instante y que, sin embargo, regenera mis latidos y me hace grande a cada ritmo. 

Rítmica capilar, nuestros vasos presionados, la sangre coagulada de ese éxtasis que vivo. 


Es el amor. Es el hastío. Es la certeza de sentir que ya eres mío.  



 

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